lunes, junio 07, 2010

"Sexo en Nueva York 2"


Carrie Bradshaw ( Sarah Jessica Parker), Samantha Jones (Kim Cattrall), Charlotte York (Kristin Davis) y Miranda Hobbes (Cynthia Nixon) vuelven de nuevo a compartir sus experiencias de pareja y sus problemas en su vida diaria. Han pasado dos años desde que casamos a Carrie con su adorado Mr. Big (Chris Noth) y tiene una vida llena de rutina y estabilidad hasta que... damos comienzo a la película y todo se vuelve del revés. Cuestiona su vida en pareja, el tener hijos, necesitar uno o dos días en semana libres e incluso aparecen los primeros roces reales de convivencia materializados en esta historia por un sillón esperado un año y medio y la televisión en el dormitorio. Charlotte tiene problemas con sus hijas y la niñera jovencita, Miranda se queda en el paro y Samantha sigue con sus imnumerables ligues gracias a las maravillosas pastillas, infusiones y demás complementos para engañar al cuerpo menopáusico de la rubia fatal. Por unos días dejan la gran manzana de Nueva York y viajan juntas a Abu Dhabi donde el derroche, el glamour y amistad fluye a lo largo de las dos horas y media que dura el metraje.
No quiero contar mucho más de la historia. Después de leer unas pésimas críticas, acudí al cine no sin recelo de estar tirando a la basura los 6 euros que me costó la entrada. Pero soy fan de la serie y necesitaba saber qué les ocurre a estas cuatro amigas. Está bien, más o menos como la primera y a veces se hace un poco larga por que transcurre despacio la historia, pero nunca miré el reloj para saber cuánto quedaba. Los cameos que aparecen son muy esporádicos. Pe está bien pero los que más me gustaron fueron Liza Minelli y su baile de Beyoncé y sobre todo el regreso del esperadísimo y a la vez muy guapo ex novio Aidan Shaw interpretado por John Corbett, que vuelve a enamorar a Carrie y a más de una de las que nos encontrábamos en la sala de cine.
Aunque es verdad que suena a más de lo mismo, si que cumple las expectativas que yo tengo normalmente para ir al cine. Es diversión, poder desconectar de la vida real y sobre todo... ver situaciones que no podemos vivir realmente. A quién no le gustaría tener el vestidor de Carrie, o tener por unos días a un mayordomo que satisface todos tus deseos, o qué decir de poder vestirnos con esas ropas y los complementos tan divinos que les quedan tan bien. El esplendor de las películas antiguas vuelve a tomar forma con esos vestidos con largas colas o con los sombreros que lucen en las escenas del desierto.
Lo mejor para mí son las escenas cómicas en las que a Samantha le quitan los productos para evitar la menopausia y se vuelve una mujer normal, o los celos infundados de Charlotte. No sabemos si habrá tercera parte debido a la taquilla recaudada pero aunque sigan cumpliendo años, espero volver a ver el glamour de estas cuatro amigas paseando por Nueva York.